
Cajas de Ozempic y Wegovy, fabricados por Novo Nordisk, en una farmacia. Hollie Adams Reuters 3a4d3u
La estafa de Mounjaro y Wegovy: pacientes que pierden hasta 700 euros por una medicación que nunca llega 4h4k6e
Asociación Nacional de Pacientes de Apoyo para Tratamientos de Obesidad ha destapado la trama. 6y5i35
Más información: Lilly ha lanzado Mounjaro en 40 países y prevé llevarlo a nuevos mercados en el segundo trimestre de 2025 1q5361
Intentar comprar un medicamento más barato puede salir caro. Esto es precisamente lo que le ha ocurrido a algunos pacientes que han intentado adquirir medicamentos contra la obesidad, como Mounjaro o Wegovy, en Gibraltar. Han llegado a perder hasta 700 euros.
La Asociación Nacional de Pacientes de Apoyo para Tratamientos de Obesidad (Anato) ha destapado la trama. Su presidente, Manuel Martín, ha explicado al OBSERVATORIO DE LA SANIDAD el modus operandi de la red que ha estafado a varias personas.
"Captaban a sus víctimas a través de las redes sociales, especialmente por Facebook y canales de WhatsApp". Mediante esta vía, la persona que llevaba a cabo la estafa creaba una relación de confianza con los pacientes.
"Les ofrecía ir a Gibraltar a recoger sus medicamentos frente a la obesidad (principalmente Mounjaro y Wegovy) y cuando ya estaba supuestamente de camino, enviaba fotos del viaje y les pedía dinero para los gastos de gasolina y el posterior envío", añade. Solía pedir 100 euros por paciente.
Estos 100 euros se suman a los que los pacientes habían pagado previamente a la farmacia de Gibraltar en la que habían encargado el medicamento tras enviar la receta. Un tratamiento que después no llegaba hasta los pacientes.
"De media, cada víctima ha perdido unos 700 euros", asegura Martín.
La razón de los pacientes para comprar esta medicación contra la obesidad en Gibraltar es porque es más barata que en España.
En nuestro país Mounjaro o Wegovy no están financiados. Es decir, el paciente paga la totalidad del medicamento. "La dosis de 15 mg de Mounjaro en España tiene un precio de 406,75 euros, mientras que en Gibraltar su coste es de alrededor de 235 euros", ha explicado el presidente de Anato.
Y la operación es simple: envían la receta a una farmacia y pagan por teléfono la reserva de ese medicamento que tendrán que recoger posteriormente. Sin embargo, la persona que supuestamente se encargaba de recoger los medicamentos nunca los hacía llegar a sus destinatarios.
"Los recogía de las farmacias y después los vendía a personas que no tenían receta de estas terapias", señala Martín.
El caso ya está en conocimiento de las autoridades así como de la Agencia Española de Medicamentos (AEMPS). "La asociación ha presentado una denuncia en nombre de los asociados". Por el momento, se desconoce el número exacto de afectados.
Otra trama 3r2o2p
La de Mounjaro no es la única trama que ha destapado la Asociación Nacional de Pacientes de Apoyo para Tratamientos de Obesidad.
Martín ha compartido con este periódico otra denuncia, en el que un clan organizado ofrece ayuda para conseguir péptidos inyectables ante la escasez de tratamientos oficiales.
Estos productos, cuya comercialización está restringida a la investigación, son ofrecidos con el incentivo de su uso no autorizado en humanos, lo que podría constituir un delito contra la salud pública, avisan desde Anepo.
De esta segunda trama tuvieron conocimiento hace apenas unos días, cuando descubrieron que se había creado un grupo de WhatsApp para traficar con péptidos. "En los grupos de WhatsApp hay más de 220 personas", cuenta Martín.
Preocupación médica 266r1a
Carlos Cáceres, médico de Yazen especializado en obesidad, ha mostrado su preocupación ante estas situaciones por el riesgo para la salud que supone para los pacientes.
"Como profesional sanitario, me preocupa profundamente que personas en situación de vulnerabilidad estén cayendo en manos de redes criminales que solo buscan aprovecharse de su desesperación", lamenta.
La escasez de ciertos tratamientos para la obesidad, como los agonistas del GLP-1, está alimentando un mercado negro donde se ofrecen falsas soluciones sin ningún tipo de control sanitario. "Esto no solo puede vaciar el bolsillo de los pacientes, sino poner en riesgo su salud física y emocional", dice.
Por ello, "es fundamental que los pacientes sepan identificar señales de alarma", detalla.
Consejos 5k1a3e
No comprar medicamentos por WhatsApp, redes sociales o a través de supuestos intermediarios. Por muy convincente que suene el mensaje.
La receta médica debe ser siempre emitida a través de sistemas oficiales, como la Receta Electrónica Médica Privada (REMPe). Este tipo de plataforma garantiza que la prescripción viene de un médico acreditado, con responsabilidad legal y profesional. Cualquier otra vía, además de ilegal, supone un riesgo para la salud.
Acudir a clínicas médicas autorizadas, con especialistas en obesidad, que ofrezcan respaldo sanitario real, que valoren el caso de forma individualizada y trabajen conforme a protocolos clínicos seguros.
Y es que el consumo de medicamentos de los que no se sabe su procedencia puede tener consecuencias graves e incluso irreversibles para la salud.
"En primer lugar, no hay garantías sobre lo que realmente contienen esos productos: pueden llevar dosis incorrectas, estar contaminados o contener sustancias no declaradas que interfieren con otros tratamientos o patologías previas del paciente", avisa Castro.
Además, "sin control médico, es imposible monitorizar cómo responde el organismo al tratamiento. No hay seguimiento, no se evalúan posibles efectos secundarios ni se ajustan las dosis de forma segura", concluye.