Un termómetro marca los 42 grados a los pies del Puente del Cristo de la Expiración en Sevilla.

Un termómetro marca los 42 grados a los pies del Puente del Cristo de la Expiración en Sevilla. EP Sevilla 5v1u2p

Sevilla

Árboles, toldos y colores neutros ante el calor extremo en los barrios de Sevilla: "La sensación puede ser de 7 grados menos" 6u4n13

La temperatura puede bajar hasta dos grados con esta estrategia de bajo coste, que estudia la tesis doctoral del profesor de Arquitectura, Javier de Sola. 57a71

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Apostar por colores neutros en cubiertas de edificios e incluso en el asfalto puede refrescar los barrios de Sevilla ante el calor extremo. Eso, unido a la colocación de toldos y de más vegetación, puede hacer que "la sensación térmica sea de entre cinco y siete grados menos".

En esa estrategia conjunta trabaja el profesor de Arquitectura de la Universidad de Sevilla Javier de Sola en su tesis doctoral. A través de mediciones térmicas, ya ha determinado cuáles son las zonas de la capital hispalense donde más se percibe el calor extremo.

Son el Polígono Sur, Los Pajaritos, Torreblanca, Pino Montano o San Pablo. Todos ellos responden a la misma tipología. Son polígonos residenciales de carácter social construidos en la segunda mitad del siglo XX.

Son los vecinos de estas zonas quienes más perciben la vulnerabilidad climática. Es así por los materiales de los edificios, la escasa vegetación y los materiales duros en los elementos comunes.

Es lo que quiere corregir el proyecto que lidera Javier de Sola en su tesis doctoral. El primer paso es que "el propio diseño de los edificios facilite la radiación solar".

Pero los ya construidos necesitan nuevas estrategias. Se trata de dar pasos sencillos y sin demasiado coste, que puedan suponer cambios significativos en la calidad de vida de la gente. El primero de ello sería la apuesta por colores neutros.

Pintura blanca en las cubiertas s6q3o

Por ejemplo, se puede aplicar en las cubiertas de los edificios. En muchos de los barrios de la ciudad tienen una pintura roja. También las hay grises u de otros tonos oscuros. Su objetivo es impermeabilizar. También se aplica cuando ya hay filtraciones.

Los colores empleados, indica este profesor de Arquitectura, hacen que se absorba más el calor. Eso podría cambiar si se emplea el blanco.

"Hay una pintura especial impermeabilizante, que cumple la misma función y es blanca. Refleja el sol más fácilmente. Si se hiciera a gran escala, la ciudad absorbería menos calor", señala Javier.

Sería mucho más barato que colocar una cubierta repleta de vegetación. Esto requiere un sistema de riego y un gasto de agua considerable.

Asfaltos más claros 5m3y12

La misma política podría seguirse en los asfaltos. En este caso, no se recomienda que sean blancos. Puede tener un efecto de deslumbramiento en los conductores. La idea sería usar un "gris más claro", parecido al que adquiere la carretera cuando ya está más desgastada.

"Eso mejoraría también mucho", dice Javier. En las mediciones de temperatura que han realizado por las calles, el asfalto es lo que está más caliente.

"En verano se pueden alcanzar los 60 grados", precisa. Lo mismo sucede con las pistas deportivas y con los parques infantiles, que usan colores oscuros y de plástico y bases de hormigón. "Estos espacios empeoran la percepción térmica de lo que hay alrededor", avisa.

Suelos naturales 4s4ai

La búsqueda de colores neutros también se puede aplicar a las fachadas de los edificios, aunque siempre buscando un equilibrio.

"No puedes pintar la ciudad de blanco, porque siempre vas a tener que ir con gafas de sol. Hay que buscar una combinación de colores más claros", dice Javier de Sola.

Otro factor importante, revela este profesor, es evitar que todas las superficies sean artificiales, basadas en el cemento y el hormigón. En su lugar, habría que dar más espacio a los parterres naturales, que "intercambian humedad con el terreno y se enfrían más fácilmente".

Es una manera de ser "realista" y aplicar alternativas que no impliquen un elevado coste por su mantenimiento. "La vegetación puede que se estropee o dejen de cuidarla", lamenta.

En cambio, "solo el hecho de colocar un parterre con un albero muy compactado, parecido al de la Feria y con una base natural, mejora el confort térmico".

Si a estas herramientas, se le añaden la plantación de más árboles, sin olvidar otros elementos de vegetación, y la instalación de toldos en los barrios, la sensación térmica puede bajar entre 5 y 7 grados.

"Eso es lo máximo", precisa Javier, pero, "en general ayuda a bajar notablemente los picos de temperatura de mediodía y la tarde".

Los primeros resultados de su tesis doctoral, así como simulaciones anteriores, constatan la efectividad de esta estrategia.

Dos grados menos en el aire 4j5v57

Con ello, además, se consiguen bajadas de hasta dos grados en la temperatura del aire, con una media de entre 0,8 y 1 grado.

"Puede parecer poco, pero a nivel generalizado en un barrio tiene bastante impacto en el confort, y también en ahorro energético de una máquina de aire acondicionado, que tiene que "combatir" o rebajar una temperatura menor. Y además, es más eficiente a menor temperatura exterior", subraya el experto.

A través de su trabajo, Javier pretende demostrar que se puede actuar de una manera planificada para prever los efectos climáticos de cada actuación en los barrios de Sevilla.

Es algo que, según subraya, debe tener en cuenta la istración, pero también pasa un poco por la "concienciación privada". Tiene que llegar a los propios propietarios, por ejemplo, para pintar las cubiertas de blanco.

Soportar mejor el calor es posible incluso cuando se superan los 40 grados. Según defiende el trabajo de Javier de Sola, con pequeñas actuaciones sin demasiado coste, los sevillanos pueden percibir hasta siete grados menos en sus barrios.