
Sánchez pasa por delante del adjunto al director de EL ESPAÑOL, Fernando Garea, poco antes de responder a su pregunta sobre qué responsabilidades políticas piensa asumir. Europa Press 5g1n47
del núcleo duro de Sánchez dudan de su continuidad: "Es como si se le hubiera acabado la magia" 6e5e71
Creen que sólo un nuevo impulso, mediante un mayor compromiso de sus socios, podría salvar la legislatura. 272j33
Constatan, sin embargo, que la implicación personal de Santos Cerdán en los pactos con Junts y Bildu hacen casi imposible esta salida. x65b
Más información: La imagen internacional de Sánchez se deteriora: la prensa europea habla de la "corrupción" y de la dimisión de Cerdán rq25
En los últimos siete años de Pedro Sánchez en la Moncloa ha habido dos momentos concretos en los que nació un cierto mar de fondo en el PSOE sobre la necesidad de buscar sustituto al líder socialista: las semanas previas a las elecciones generales de 2023 y, casi un año después, cuando se retiró durante cinco días a meditar sobre su futuro.
Ahora esas olas dentro del PSOE van camino del maremoto tras conocerse que los dos últimos responsables de Organización del partido han formado (presuntamente) parte de una trama criminal que utilizaba la estructura orgánica y una parte del Gobierno. Todo ello muy cerca del presidente del Gobierno y secretario general del PSOE.
La situación es tan grave que destacados del círculo más próximo a Sánchez empiezan a dudar de que sea posible seguir adelante con la legislatura.
Consideran que aún es imprevisible saber hasta dónde va a llegar la riada, qué más puede salir o qué más pueden contar los investigados, en la línea de lo que ya ha hecho Koldo García, como es habitual en todos los casos de corrupción en los que todos terminan por pactar y confesar.
Quedan por hablar José Luis Ábalos y Santos Cerdán, los dos depositarios de todos los secretos de Sánchez en los últimos 10 años. Y queda por determinar cuándo los socios van a darse cuenta de que el pacto con el PSOE "mancha".
En el caso de Cerdán, todo es más complicado porque, además, él ha sido interlocutor con Junts y Bildu, en nombre de Sánchez, y conoce los detalles de esas negociaciones, incluso los que no pueden ser contados.
Cerdán es el barril de pólvora sobre el que se sienta el presidente, a sumar al que ya suponen los otros investigados.
Su implicación en esos pactos hace difícil también contar con sus socios para aplicar medidas de impulso de la legislatura, como Presupuestos o cuestión de confianza. Por eso el desánimo se ha instalado en el Gobierno y el partido, mientras Sánchez reflexiona.
Puede ser que anuncie el lunes una comparecencia en el Congreso y hasta un plan de regeneración como ya hicieron Felipe González y Mariano Rajoy cuando les ahogaba la corrupción. Con eso sólo ganaría tiempo.
Esas aguas turbulentas están agitándose sobre todo en federaciones socialistas en las que se aspira a competir en las elecciones autonómicas de 2027.
Temen que la riada de la corrupción arrase con todos y que, como ocurrió en 2023, los primeros damnificados por lo que ocurre en la sede federal y en la Moncloa sean ellos.
Además, del Gobierno y del partido añaden a la estupefacción la impresión de impotencia que observaron en Pedro Sánchez en su comparecencia del jueves en la sede central de los socialistas y su silencio posterior.
Hace tiempo que le ven refugiado en un núcleo duro muy cerrado, más alejado del resto de del Gobierno y el partido. Como si estuviera refugiado en lo más profundo del búnker de la Moncloa, a más de 30 metros bajo tierra.
Incluso, ha designado candidatos autonómicos a cinco de sus ministros, para tenerlos más cerca y controlados en ese núcleo duro de guardia de corps.
Lo cual, por cierto, tiene la contraindicación de que esas federaciones ven desde lejos a su líder regional, en un ejercicio de centralismo que cuadra poco con el federalismo y la España periférica que defiende el propio Sánchez, y favorece que se agiten las aguas sobre el terreno en momentos de turbulencia.
Ese núcleo duro quedó noqueado el jueves al conocerse el informe de la UCO y, horas después, se ha conjurado para salir a partirse la cara con las ideas del acoso, la ejemplaridad frente a lo que hace el PP, los muchos casos del partido de Feijóo, Mazón…
Es decir, todo lo que dijo Óscar López, miembro destacado de ese círculo estrecho en torno a Sánchez, en la Ser este viernes por la mañana.
El presidente del Gobierno les ha acostumbrado a los efectos especiales, los conejos de la chistera y los triples saltos mortales para salir de los momentos de postración. Han aplaudido tantos momentos estelares de Sánchez que el jueves quedaron muy preocupados porque al mago se le vio el truco.
"Es como si se le hubiera acabado la magia", asegura uno de ellos, muy preocupado por la inanidad del mensaje transmitido desde Ferraz.
Hasta de su equipo iten que hacen falta un impulso que es muy difícil que pueda dar ya.
"Ya está bien de actos de fe", explica una veterana socialista, que recuerda las dudas que hubo en el congreso del PSOE de diciembre sobre la continuidad de Santos Cerdán como secretario de Organización.
"Su vínculo personal se impuso, es un conflicto de lealtades, entre el vínculo personal y el querer saber", asegura, poniendo de manifiesto que ahora se cuestiona esa decisión y otras más que Sánchez pudo tomar libremente y sin críticas internas, pero que ahora empiezan a revisarse. La magia se acaba.
"La gente del partido está avergonzada y enfadada. Los grupos de WhatsApp parecen un funeral. Gente acérrima de Pedro cuestionándose qué pasa por primera vez. Va a dejar un solar", asegura una militante desolada con un análisis que describe el ánimo de muchos de ellos.
Sánchez fue preguntado el jueves en su comparecencia en la sede del PSOE por su responsabilidad política en los nombramientos de Ábalos. Sólo acertó a responder que asume colaborar con la Justicia, pedir disculpas y destituirlos como si las tres no fueran obligadas.
Y negó la opción de dimisión, elecciones o cuestión de confianza, asegurando que seguirá hasta 2027 como si no hubiera pasado nada. Ahora, hasta su núcleo duro empieza a dudar de que sea posible continuar.
Del fango a la alcantarilla 3nu13
En 2023, los barones socialistas pagaron con la pérdida de sus cargos el desgaste del Gobierno en la anterior legislatura. Sánchez les sorprendió con la convocatoria precipitada de elecciones generales para el mes de julio y en esas semanas algunos empezaron a moverse pensando que era el final.
Sánchez detectó alguno de esos movimientos, apuntó las matrículas y luego tomó medidas contra ellos. Además, su magia funcionó y aunque no ganara las elecciones, sí logró el resultado que le servía para poder gobernar.
Los que hablaban de la sucesión terminaron aplaudiendo al líder, porque la magia le había funcionado. De nuevo su público se puso en pie para premiar su atrevimiento.
En 2024, Sánchez orilló a todos e hizo creer hasta a su núcleo duro que se iba, que algo se había quebrado dentro de él por la imputación de su esposa, Begoña Gómez.
En esos días fue obligado que el partido hablara de la sucesión y, por cierto, observó con preocupación que no iba a ser fácil y además le vieron vulnerable.
Pero resucitó al quinto día y todos volvieron a aplaudir en pie a su líder, enterrando de nuevo el debate sobre el postsanchismo.
Les ofreció, para agarrarse como el náufrago a la tabla, el discurso de los pseudomedios, la máquina del fango, los jueces ultraderechistas y las acusaciones de grupos fascistas.
Ahora, ha aflorado el fango en la Secretaría de Organización del PSOE con sede en Ferraz y con porquería acumulada desde hace años.
Koldo García ha quitado la tapa de la alcantarilla y queda mucho por salir y muchos más imputados dispuestos a contar.
Ahora, pocas horas después del shock de conocerse la trama criminal, han vuelto a verle vulnerable y, además, por el momento, esta vez no han apreciado magia en el líder.
Las medidas que anunció son insuficientes para casi todos. En el partido y en Gobierno ven muy complicado poder llegar hasta 2027 o llegar "en condiciones".
Vienen curvas 3q4t6j
Algunos explican que hasta ahora le había funcionado a Sánchez el relato de presentarse como el ecce homo atacado por los poderes fácticos. Lo hizo cuando fue defenestrado como secretario general del PSOE en 2016 y acudió a la entrevista con Jordi Évole en La Sexta con el mensaje de los poderes fácticos que le habían destituido. Le funcionó.
Lo hizo tras el retiro y, recientemente, con las investigaciones judiciales, con el mensaje del ataque externo que sirve para unir a todos en torno al mártir. Ahora es más difícil que le pueda funcionar.
A la pregunta de si el Gobierno puede aguantar hasta 2027 hay una respuesta parecida entre socialistas algo críticos y los de su núcleo duro: lo va a intentar y sólo depende de él y su capacidad de resistencia.
Esa aseveración se basa en una realidad compartida, la de que sus socios no darán el paso de acabar con el Gobierno de coalición para que lleguen a la Moncloa la derecha y la extrema derecha. Ese cemento les sigue uniendo, aunque ahora ya con un nivel de horror y hartura notables.
En todo caso, en el PSOE se considera que ahora será mucho más difícil intentar siquiera unos Presupuestos para 2026. Y si se intenta, el precio que habrá que pagar será mucho mayor, porque Sánchez está muy débil y los partidos suelen oler la sangre para lanzarse a morder.
Y además del calvario judicial que se avecina en los próximos meses para Sánchez, vienen algunas curvas muy pronunciadas, como la del gasto militar, con escala en la cumbre de la OTAN de final de mes donde se le va a exigir un esfuerzo mayor.
Sin mencionar el efecto en las formaciones a la izquierda del PSOE, necesarias para completar mayorías.
Preocupa en capas importantes del PSOE lo que pueda ocurrir en las primeras elecciones que deben celebrarse, las de Castilla y León y las de Andalucía.
Especialmente estas últimas, por su valor simbólico y político, y porque la candidata es la número dos de Sánchez en el Gobierno, María Jesús Montero, que tiene las manos abrasadas de ponerlas en el fuego por Santos Cerdán y queda ahora más que tocada.
En todo caso, nadie puede discutir que el presidente del Gobierno queda en una insólita situación de debilidad para seguir adelante.
Por ejemplo, para negociar unos Presupuestos cuando sus posibles socios pueden elevar el precio o cuando va a tener siempre la espada de Damocles de las declaraciones en sede judicial, los registros, las grabaciones o las revelaciones de los que fueron sus más cercanos colaboradores.