Salir a tomar el fresco y socializar es una de las grandes tradiciones de España.

Salir a tomar el fresco y socializar es una de las grandes tradiciones de España. V.P 3e2l11

Sociedad

Adiós a una tradición en España: sacar la silla a la calle para 'tomar el fresco' podría costarte hasta 750 euros 3b5340

Sacar la silla a la calle para tomar el fresco, una estampa veraniega tan arraigada en España, podría salir muy caro. 1a2v53

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Con la llegada del calor, muchos piensan en las vacaciones, en los pueblos y en esa escena tan típica: vecinos sentados a la puerta de casa, compartiendo conversación mientras corre el aire de la tarde.

Pero una costumbre tan cotidiana como sacar una silla a la calle podría convertirse en motivo de sanción económica. Sí, lo que parece inofensivo podría costarte hasta 750 euros.

Lo ha advertido recientemente la Policía Local de Santa Fe (Granada) a través de sus redes sociales. Su mensaje ha encendido la polémica: "Sabemos que se ha hecho toda la vida, pero si pedimos que se retiren sillas o mesas, hazlo por respeto y convivencia". 

El valor social del fresco 2o53e

Durante generaciones, el "tomar el fresco" ha sido más que una estrategia para combatir el calor: es una forma de vida.

Sentarse en la puerta de casa es, en muchos pueblos, sinónimo de comunidad, cercanía y cultura compartida.

Conversaciones al atardecer, juegos infantiles en la calle, abuelas con abanicos y sillas plegables forman parte del imaginario colectivo de muchas familias.

No se trata solo de nostalgia. Para muchas personas mayores, esta costumbre representa su principal momento de socialización diaria. Pero lo que para unos es tradición, para otros puede suponer molestias como problemas de movilidad.

¿Es legal sentarse a la puerta de casa? 281z5j

Aquí es donde la cosa se complica. No existe una ley estatal que prohíba expresamente esta práctica. Sin embargo, las ordenanzas municipales (normativas locales que regulan el uso del espacio público) son las que tienen la última palabra.

En municipios grandes como Madrid o Barcelona, ocupar la calle sin autorización puede ser motivo de multa directa. En otros más pequeños, las autoridades suelen ser más permisivas… mientras no haya quejas o situaciones problemáticas.

La Policía Local de Santa Fe ha recordado: "la vía pública está regulada". Y aunque reconocen la tradición, también señalan que puede haber consecuencias si las sillas impiden el paso, se genera ruido excesivo o se alarga la reunión hasta la madrugada.

Las sanciones por este tipo de acciones pueden ir desde los 300 hasta los 750 euros, dependiendo del municipio y de la gravedad de la infracción.

Lo más común es que las multas se impongan si se recibe una queja, se genera un conflicto o se ocupan zonas sensibles como pasos peatonales.

Si se trata de colocar una sola silla y no se entorpece el paso ni se molesta a nadie, es poco probable que haya consecuencias. Pero si se instalan mesas, se bebe alcohol o se produce ruido, el escenario cambia radicalmente.

Convivencia, respeto y sentido común 5v1y6l

Las reacciones en redes sociales no se han hecho esperar. Hay quien considera esta tradición como algo único en nuestro país, mientras otros defienden su derecho al descanso y a la libre circulación.

El debate de fondo no es nuevo: ¿cómo equilibrar las costumbres populares con las normas de convivencia urbana? Prohibir podría ser excesivo, pero regular con lógica podría permitir que la tradición continúe sin generar conflicto.

La clave, como en tantas cosas, está en el respeto mutuo. Quizá no se trate de eliminar esta práctica de nuestras costumbres, sino de reinventarlo con responsabilidad.