
Imágenes aéreas de los ataques. x dy5j
El éxito de la 'Operación León Creciente': Israel se infiltró en Irán y creó una base secreta de drones para atacar desde dentro 292m5
La inteligencia israelí llevó a cabo un plan inspirado en la Operación Telaraña de Ucrania para sabotear desde el terreno las defensas enemigas. 1mp2h
Más información: 'Operación Telaraña': el golpe de Ucrania que abatió 40 aviones rusos camuflando drones en camiones de contrabando 6u6459
Con una kipá en la cabeza, Benjamin Netanyahu acudió el jueves al Muro de las Lamentaciones, en Jerusalén, el lugar más sagrado para el judaísmo. Entre las piedras milenarias del muro, el primer ministro israelí introdujo un pequeño papel blanco. Y en su interior, una frase escrita a mano: "Un pueblo que se levanta como una leona, y se yergue como un león".
La expresión forma parte de un pasaje de uno de los libros de la Torá que hace referencia a la fuerza y el poder de Israel comparándolo con un león que "no se acostará hasta que coma de la presa y beba la sangre del asesinado". Una profecía que ha servido al Estado hebreo de inspiración para lanzar su operación León Creciente (Rising Lion): un ataque a gran escala contra objetivos nucleares y militares en Irán que ha descabezado a la cúpula del Ejército y de la Guardia Revolucionaria, el brazo armado más leal al régimen.
Una ofensiva de consecuencias aún impredecibles para Oriente Próximo que ha sido diseñada durante ocho meses –según el portal Axios– y ejecutada con precisión quirúrgica gracias a la actuación en la sombra del Mossad, la agencia de inteligencia exterior israelí, desde dentro de Irán.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, coloca una nota entre los ladrillos del Muro Occidental
Fase 1. El ataque aéreo 28s3j
La madrugada del viernes, pasadas las 03:00 hora local, 200 aviones de combate de las Fuerzas de Defensa israelíes (FDI) cruzaron el cielo de la región y bombardearon, en varias oleadas que duraron hasta las 7:00, un centenar de objetivos iraníes: bases militares donde se fabricaban misiles e infraestructuras nucleares.
Entre ellas, la conocida central de enriquecimiento de uranio de Natanz, a poco más de 200 kilómetros al sur de Teherán, la capital. El mismo centro que hace 15 años fue blanco de un virus informático, Stuxnet, y hace tres, de un sabotaje y varias explosiones. Los misiles también alcanzaron un centro de investigación atómica y dos bases militares, en la ciudad de Tabriz, al norte del país, así como las ciudades de Isfahán y Arak, donde hay plantas de enriquecimiento de uranio.
Y es que, según Israel, su ambición es destruir el corazón palpitante del programa nuclear iraní, que ha permitido al régimen de los ayatolás enriquecer uranio por encima del 60%, acercándose peligrosamente a los niveles del 90% que permitirían la fabricación de una bomba atómica, según ha advertido recientemente el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA). En los ataques, de hecho, han muerto numerosos científicos nucleares, pero también varios altos dirigentes iraníes.
Los muertos hasta ahora confirmados son el jefe de la Guardia Revolucionaria, Hosein Salamí, el militar más poderoso en Teherán desde Qasem Soleimani (también eliminado por Israel); Mohammad Baqeri, jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas y segundo comandante en rango después del líder supremo, el ayatolá Alí Jameneí, y Ql Amalí Rashid, comandante en jefe adjunto de las Fuerzas Armadas.
Fase 2. La operación encubierta 4ku4
La operación León Creciente, sin embargo, va mucho más allá de este golpe aéreo iniciado a casi 2.000 kilómetros de distancia. Cuenta también con la intervención del Mossad a la hora de desbaratar desde dentro los sistemas de defensa aérea iraní. Son varios los medios de comunicación israelíes que, citando a una fuente de seguridad de alto nivel, sostienen que comandos de inteligencia se infiltraron en territorio iraní semanas antes de que empezara la ofensiva desde el cielo.
Una vez sobre el terreno, los agentes de la agencia de espionaje instalaron una base secreta de drones explosivos cerca de Teherán. La noche del viernes, los aparatos se activaron y destruyeron lanzadores de misiles balísticos tierra-aire de una base militar, lo que impidió que Irán disparara proyectiles cuando comenzase la ofensiva. Además, siempre según esa fuente anónima, el Mossad introdujo ilegalmente vehículos cargados con armas que permitieron destruir los sistemas de defensas aéreas iraníes y dieron cobertura a sus cazas.
La operación encubierta de Israel no termina allí. También ha incluido el despliegue de misiles de precisión en las inmediaciones de bases antiaéreas situadas en el centro del país. Aunque la información no ha sido confirmada oficialmente, en un inusual gesto de aparente transparencia, el propio Mossad ha publicado varios vídeos que respaldan la existencia de estas acciones clandestinas.
Una operación que, salvando las distancias, recuerda a la llamada Operación Telaraña, el golpe maestro con el que recientemente la inteligencia ucraniana logró destruir parte de la fuerza aérea estratégica rusa mediante camiones de drones infiltrados en territorio enemigo.
Años y años de preparación 6e3456
El ataque masivo de Israel contra Irán —el tercero desde el inicio de la guerra en Gaza— es, en realidad, el resultado de años de preparación. Es decir, se trata de una extensa labor de inteligencia centrada en las instalaciones nucleares del país, así como en altos mandos militares y científicos. Y es que según ha confirmado el propio Benjamin Netanyahu en un vídeo publicado en X tras la ofensiva, el objetivo era "contrarrestar la amenaza iraní que pone en peligro la propia supervivencia de Israel", una preocupación que ha sobrevolado la existencia del Estado hebreo desde su creación.
Según ha sostenido el Ejército israelí, se trata de una operación "ofensiva, preventiva, precisa y combinada, basada en inteligencia de alta calidad". De hecho, de acuerdo con las declaraciones al New York Times de tres funcionarios israelíes con conocimiento directo de las operaciones, Tel Aviv ha necesitado recopilar información detallada sobre la ubicación y los movimientos de estos dirigentes y científicos. Asimismo, según estas fuentes, llevar a cabo el plan también ha exigido un esfuerzo coordinado entre la inteligencia militar israelí, el Amán, y el Mossad.
Lo cierto es que los aparatos de inteligencia israelíes llevan años realizando actuaciones dirigidas contra Irán y sus aliados en la región, como la milicia chií libanesa Hezbolá o los rebeldes hutíes en Yemen. Una de las más recientes y sofisticadas es quizá la de septiembre de 2024, cuando miles de buscas (beepers), walkie-talkies y otros dispositivos móviles de Hezbolá explotaron simultáneamente en Líbano y Siria, matando a decenas de personas y dejando miles de heridos.
La ofensiva de este viernes contra las instalaciones nucleares en Irán ha sido –aunque aún no se conoce el alcance de los daños– uno de los de mayor envergadura de la historia de enemistad entre Israel e Irán. ¿Por qué ahora?
El pacto nuclear 1d5qf
Esta escalada se produce apenas un día después de que el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) acusara a Teherán de no cumplir con sus obligacionesnucleares. Según esta agencia de Naciones Unidas, Irán ha acumulado ya más de 400 kilos de uranio altamente enriquecido, al 60%, cerca del 90% necesario para fabricar bombas atómicas.
Es precisamente esa información la que el Gobierno de Netanyahu ha empleado para justificar la ofensiva, al asegurar que Teherán había logrado "avances significativos" en su capacidad para desarrollar una bomba nuclear, lo que —según sus palabras— les habría obligado a actuar. "Irán ha producido suficiente uranio altamente enriquecido para nueve bombas atómicas", ha afirmado el primer ministro israelí.
First satellite imagery of the Natanz Nuclear Enrichment Facility have come out following Israeli strikes on the area.#Iran. pic.twitter.com/bdHCOZtbMA
— Thomas van Linge (@ThomasVLinge) June 13, 2025
El momento elegido no es, en absoluto, casual. Este fin de semana, delegaciones de Estados Unidos e Irán tenían previsto reunirse en Omán para reanudar las conversaciones sobre un posible sustituto del acuerdo nuclear de 2015 entre Teherán y seis potencias internacionales, del que Donald Trump se retiró durante su primer mandato.
Se trata de unas negociaciones —hasta ahora infructuosas— orientadas a reactivar un pacto por el que Irán se comprometería a cesar el enriquecimiento de uranio a cambio del levantamiento de las sanciones internacionales que mantienen asfixiada su economía.
Cabría, por tanto, esperar que Washington —que también lleva años atacando infraestructuras vinculadas al programa nuclear iraní junto a Israel— hubiera participado en la operación León Creciente. Lo cierto es que el secretario de Estado, Marco Rubio, ha reconocido en un breve comunicado que "Israel ha actuado unilateralmente", aunque ha itido que Estados Unidos estaba al tanto del plan. Entre otras razones, eso explicaría la evacuación preventiva de diplomáticos estadounidenses en la región, llevada a cabo días antes.
Sin embargo, en su habitual tono incendiario, Donald Trump ha sembrado dudas sobre el grado de implicación real de su istración en el golpe. En una publicación en Truth Social, el expresidente ha explicado que había ofrecido a Irán "muchas oportunidades" —60 días, matizó más tarde en una entrevista en televisión— para alcanzar un acuerdo, pero que las había desaprovechado. En ese mismo mensaje, instaba al régimen de los ayatolás a pactar cuanto antes si no querían afrontar "más ataques brutales" y ya "planificades".
Irán, por el momento, ha respondido con una oleada de ataques con un centenar de drones, pero ha prometido un contraataque "más fuerte y doloroso". Aun así, son varios los expertos que dudan sobre su capacidad real para llevarlo a cabo. La pregunta se impone por sí sola: ¿puede Israel eliminar definitivamente el programa nuclear iraní? Lo cierto es que lo ha intentado en varias ocasiones, sin éxito.
De hecho, aunque ha conseguido retrasarlo en varias ocasiones con sus operaciones, Teherán ha continuado con el enriquecimiento de uranio. Y no sólo eso: también ha acelerado su producción. Por ejemplo, cuando Trump sacó a los Estados Unidos del acuerdo en 2018, en pocos años, Irán comenzó a poner en marcha nuevas centrífugas mucho más eficientes y a aumentar los niveles de enriquecimiento al 60 por ciento de pureza, recuerda el periodista David E. Sanger, periodista especializado en seguridad nacional y política exterior en The New York Times.
En la misma línea, Kelsey Davenport, directora de políticas de no proliferación en la Asociación de Control de Armas, explica a este periódico que "Israel no puede eliminar con bombas el conocimiento nuclear de Irán" y apunta a que "es probable que Irán reconstruya su programa".
Así, la experta, estudiosa de los programas nucleares y de misiles de Irán y Corea del Norte, opina en conversación con este periódico que el ataque israelí es "un acto imprudente e irresponsable que, a largo plazo, solo empujará a Irán hacia la obtención de armas nucleares". Así, concluye que "un acuerdo efectivo es la única opción viable para evitar que Irán se arme nuclearmente".